El Infierno-Mons. de Segur
Así, pues, en todos los pueblos y en todos los tiempos fue conocida y reconocida la existencia del infierno.
Luego este terrible dogma forma parte del tesoro de las grandes verdades universales que constituyen la luz de l ahumanidad. Luego no es posible que un hombre sensato la ponga en duda, diciendo en la locura de una orgullosa ignorancia: ¡No hay infierno!
Luego hay un infierno.